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Mostrando las entradas de 2014

Fantasmas

El mundo está poblado de fantasmas. Necio aquél que lo niegue. El primer fantasma de mi vida fue aquel que pertenecía al del tío Isidro. Fue un fantasma pasajero, se fue como llegó. Lo recuerdo en mis primeros años infantiles. Era el fantasma del tío que se fue a morir a casa de mis abuelos, donde yo vivía. Recuerdo el miedo que me producía atravesar el largo patio medio iluminado. La sensación d ... e que alguien me seguía muy de cerca. El temor de no querer voltear y evitar correr pues la angustia de saberme perseguida se hacía mayor si yo aumentaba la velocidad. Prefería entonces intentar calmarme, caminar despacio, tratando de ocultar mi miedo y únicamente acelerar el paso al estar cerca de los cuartos en donde mis papás, mi hermana y yo vivíamos. Después de eso no hubo más fantasmas por un tiempo, únicamente muertos. Un fantasma importante es el de mi abuelita. Después de darnos tanto amor y de que me consintiera como las buenas abuelas lo hacen, cuando se murió, me dejó dormir

Música culposa

No sé si sea un gusto culposo o no, pero varios momentos de mi vida los he dejado acompañar con música de Moenia. Recuerdo la vez en que le dediqué al sujeto de mi amor la canción Manto Estelar: "no sería a ti..." le cantaba porque por supuesto, el sujeto no me hacía caso. También la vez en que deseé tanto que alguien no se fuera con "Regreso a casa" y entonaba la canción como un mantra. O cuando estaba enamorada de uno de mis mejores amigos, como me ha ocurrido varias veces ... , y secretamente le dedicaba "Estabas ahí" en versión acústica o se la ponía en el estéreo del auto cuando nos escapábamos a la cascada de Quetzalapa. Y tampoco he olvidado la vez en que fui con el amor de mi vida en agosto de 2011 a la Feria de Huamantla y él propuso entrar a oírlos. Yo estaba alucinada, a su lado, escuchando canciones melosas de Moenia. Pero el instante terminó como termina todo y hoy quedan recuerdos. Creo que este día tocan en la feria y no me dieron una lana

O A PUNTO DE RENACER

Debo estar a punto de morirme porque hace poco descubrí que todo en lo que se han posado mis ojos, que todo lo que he acariciado, el sol que me ha tocado, esos elefantes blancos en estampida que he contemplado desde la playa, las olas que he nadado, la arena que con dificultad he podido caminar, la luna que me bebí, los árboles que he respirado, las nubes que mis ojos mullen, los cafés que degusté, los amaneceres en el paraíso, las notas de Take Five, Danzón No. 2, los huapangos bailados, los conciertos a los que he ido, los ramos de flores, los ojos de café, los ojos de gato, los ojos de té que he mirado y me han mirado, la gente que me ama y la que he amado, están dentro mío. Debo estar a punto de morirme porque hace poco me di cuenta de los momentos áureos que traigo conmigo. La gota que cae de la cascada y estalla con el millón, trillón de gotas de la poza ahí abajo. Una mano pequeñita, palabras balbuceantes, risas. He de estar a punto de morirme porque veo a mi p

Ciudad P.

Ayer caminé por la ciudad P. que aunque tiene esa letra por inicial, no siempre se ha portado como la gran P. que pudiera parecer. Tiene sus puntos buenos, como las veces que se dejó caminar de madrugada, de mano de un pianista de ojos amarillo-verdosos. O la vez en que inauguramos el sentido contrario en una calle principal, después de confundir a los Santos Reyes Magos con una procesión de la Vì rgen, que por algo dicen que la ciudad P. es una gran mocha. También pasé los dedos encima del recuerdo de un par de conciertos, la satisfacción de unas chalupas a la vuelta del Carolino, cuando comer manteca no hacía daño y beber cervezas en los bares de Los Sapos no era tan peligroso. Caminatas por calles adoquinadas y besos, muchos besos. Tiene sus cosas buenas la ciudad P., te da opciones y deja que tú eligas. Puedes escoger ir a oír música de cámara en un restaurant de artistas incomprendidos, tomar chocolate con bombones o perderte de ebrio en un antro clandestino del b
"Las princesas de Disney no sólo deforman en las niñas la imagen de cómo debe ser una mujer, también en los niños varones, que crecen creyendo en la dulce princesa bailarina y cantarina que necesita ser rescatada".
Reina Midas: Todos son hermosos, hasta que los toco. 
El lobo sabe cuando caminas sola, Caperuza. ++++++++++++++++++++++++++++++ Mientras avanza por el camino hacia la apacible y segura casa de la abuela, Caperucita se deja comer por el lobo. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Caperucita estaba aburrida. Decidió, por esta ocasión, convertirse en manjar. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ La Caperucita-DiseñadorGráfico se cuida muy bien del logo. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Entonces Caperucita le confesó al lobo: Te quiero comer. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ El lobo resultó pianista. -Me gusta como tocas, le dijo Caperuza.   El lobo aguarda en el bosque, sabe que Caperuza no pasará por ahí sólo una vez.   El lobo jamás se indigesta. Conoce bien los antiácidos. Caperuza pasa temprano. Es el plato fuerte, nunca el postre. Si es necesario, el lobo gimotea, siempre le ha funcionado. -.-.-.-.-.-.-.-. El lobo sabe cuando estás descorazonada, Caper
Mi padre me enseñó a andar en bicicleta, a ir sola al cine y a no tenerle miedo a la muerte.
Todos los días son días de mi padre.

La gente me pregunta por qué no tiro mi celular viejo.

La gente me pregunta por qué no tiro mi celular viejo. Es cierto, es viejo y guarda algo, quizá recuerdos, más bien archivos, ecuaciones matemáticas, palabras. Y no lo tiro pues pertenece a otro momento. Estás ahí diciendo que me quieres mucho, preguntando cómo siguen mis rodillas, mandándome besos. Y está ahí mi padre, dando indicaciones, diciendo no te preocupes, guiando. Nueve días antes de ma rcharse. Es por eso que no tiro mi celular viejo, es una reliquia, es de otros tiempos, de palabras encerradas, de gente que ya no tengo.

27-12-13

Me cuidó en el hospital cuando recién me estrellé. Pasamos unos días comiendo nopal y queso mientras mi mamá y mi hermana estaban en Monterrey y además me daba la mano para atravesar las calles después del accidente pues yo tenía miedo. Y se despidió de mí, diciéndome que me quería, sin palabras, con un fuerte apretón de manos. Ahora nomas me ve desde arriba.

Palabra-espuma

No quiero decir nada, no puedo. Que cada palabra se haga espuma, papá.  Tú sabes lo que siento. Estás en todo lo que soy y en lo que no. En lo que aprendí  y en lo que no. En mis miedos. No voy a decir nada, no puedo,  papá,  las palabras se quedan cortas.

Natural beauty

Dime cuánto va a durar este martirio dulce de broncearnos en amor. En cuántos días recorreremos el ocaso y los sinsentidos del mundo. Dime cuántos pasos más nos quedan tomados de la mano bajo este sol naranja y estás lunas grises. Cuánto, dime cuánto. Cuánto tiempo más estaremos juntos, extrañandonos. Dime cuánto mide esta vereda que caminamos a ratos, cuánto más se enderezará el declive, cuántos kilómetros caerémos en picada. Y hablando de conteo y estadística, dime cuántas mentiras suplirán nuestras verdades.
Hoy no me alcanzas, noche, para caminarte,  dejé empeñado el deseo, pedí prestadas las ansias,  robé ambición.  La sombra de mí recorre jardines circulares, quiere recoger frutos y encuentra ramas. Hoy no me alcanza el día para andarlo, la sombra de mí recorre la casa, reviso y traigo sólo centavos, trazos que soy no sirven al futuro. Hoy no me alcanzas, momento, para vivirte. ATFR
No estoy, no me pregunten dónde ando,  mi corazón es un breve tropiezo. No estoy, no se pregunten si vine,  mi cabeza es la espiral del extravío. El pozo sin agua, No estoy, esto es un reflejo, mi fingida presencia tiene por tarea el sólo mirar. Atfr
Estoy feliz contigo, estoy feliz sin ti, estoy feliz a, ante, bajo, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, sin, sobre ti.
No escritor, no empieces a hacer meditación, no hagas yoga, quédate con tus crisis de ansiedad, guarda tus obsesiones. Síguelas anotando en donde puedas, consérvalas al menos unos años, En cinco o en diez, si eres constante persiguiéndole a tus fantasmas la cola, tendrás literatura.
Somos la suma de todos aquellos que una vez amamos. La mezcla de lo que nos interesa y nos interesó. Somos la suma de esos años en que fuimos creciendo y conociéndonos y conociendo personas que llegaron a nuestra vida por algo. Somos todos los viajes que hemos hecho, las lunas que hemos visto, las olas que hemos nadado, las risas lloradas, los vinos tomados. Somos la unión de todos esos labios que hemos amado y de cuerpos que hemos abrazado. Somos muchos aunque tú aquí sólo me veas a mí y a ti. Tzuyuki Flores Romero

Belleza

   Para Nat En el cuarto de al lado vive un hermoso mamamá, un papa, papa y a veces un tía. No estamos seguros, pero traducimos. En el cuarto de al lado vive una sonrisa limpia y sin pretexto. En el cuarto de al lado viven unos ojos que parecen haberte conocido desde hace años. Hay una belleza habitando el cuarto de al lado y nuestro corazón.

Las ocho

Las ocho y todo sereno. Aquí no hay amor, hay gruñidos ciegos. Las ocho, un león congelado. Encierro enfermizo.  La bestia alcanza sólo a mover los ojos, desesperada. Las ocho y todo en calma. La bestia gruñe en silencio, incesante. ¿Sientes cómo respira por dentro? 

Edificante

De pronto la mente se hace pequeña, pone sus límites, puede tomarse entre las mano, incluso cortarla en rebanadas. De pronto los caminos se acortan, llega a un punto donde no hay más. Y los ojos se estrellan contra las mismas paredes y las  preguntas rebotan en el cerebro. Entonces está el mar que puede venir en distintas tonalidades: azul oscuro, verde esmeralda, turquesa. Y el tiempo se mide no en horas ni en minutos sino en tumbos. Y nuestro ritmo se acopla. El encuentro de la mente con el mar produce expansión, la mirada se amplía tratando de abarcar lo intangible, recorrer las transparencias del agua, ascender, bajar, adentrarse, venir. Terreno de crestas, valles y espuma. Ahí está el mar, a todo lo ancho de la mente, temible y acogedor, misterioso pero amable. Si uno está mal, ahí está el mar. Si tiene preguntas, también. -ATFR-

Reloj

El hombre de la una de la mañana no se levantó temprano. Dejó pasar al chico de las ocho. Todos comen ratas, cucarachas, se lanzan en espiral a saciarse con lo que haya. Relaciones de intereses detrás del humo. La única razón por la que los que están juntos siguen juntos.  Lo dice limpia, la burbuja de cristal. Él necesita al padre que ella sí tuvo. Ella puede ser su padre, no el que nunc a dijo: eres hermoso. Vacíos, faltas, contrastes. Ella puede ser la madre que le ordene cómo tienen que ser las cosas. El chico de la una de la mañana, con los ojos cerrados pone un bocado de alimañas en su boca, mordiendo alguna quizá obtenga el néctar preciso. El chico de las ocho ya probó lo que quiso. Sus genes son tan buenos que hay que meterlos en un estuche y hundirlos tres metros debajo del lodo. Una noche de alimañas le bastó para salir corriendo. El joven de las ocho ya se fue y viene de regreso. El niño de la una tiene a su padre y a su madre metidos en el cuerpo de un deforme, juega a que
Tengo muchas imágenes de ti en la mente. Tu cara, tus ojos, tu boca, tu boca, tus manos, tus dedos, tu voz hablando,  tu risa, tus manos, tus dedos, ya dije.

No es personal

Le dije: No te vayas, ¿quién masajeará mi cerebro hoy? Contestó:  No es personal. Recuerda que soy un árbol que vuela.

Certeza

Sé que me quería porque se sentaba junto a mí para ver el mar porque ante mi hambre, preparaba un sandwinch,  ante mi dolor, un té de jengibre. Sé que me quería porque sus más sucias fantasías las pensaba conmigo y me las escribía,  también las cartas más cursis. Sé que me quería porque viajábamos juntos,  porque venía la mañana de navidad a darme un abrazo, porque me hacía el amor momentos antes de inaugurar una exposición o en el azul de un lago. Sé que me quería porque si amanecíamos juntos, traía café y galletas a la cama y hubo un tiempo  en que me llamaba todos los días a las seis de la mañana para ser mi despertador e iba por mí a la escuela y en vez de silbar, maullaba. Me quería, porque una noche vino llorando y confesó que me extrañaba. Me quería, con certeza me quería, porque besaba mi cuello mientras me leía sus poemas favoritos y después escuchaba mis cuentos. Recuerdo, me quería, lo que no recuerdo es por qué dejó de hacerlo.

Nociones de urbanidad

Disculpa si no sé buenas maneras, si te veo con insistencia es que me gustan tus ojos y el tesoro entre tus piernas, tu voz de agua que brota, que corre, que bulle, y tu pensamiento que danza, que gira, vuela.  Perdona si no soy de formalidades, mi atención está en regalarte  una nube, un guiso, un gesto. Te escucho con la vista, recreo  tus redondeces y delineo tus silencios.  Disculpa si soy el haz de luz que atraviesa tus ojos,  si me vuelvo los bordes de tus labios a cada palabra que dices,  si lamo tus frases en mi mente y a veces no respondo,  mi contemplación no sabe de permisos, sí de perdones. Mi adoración no sabe de etiqueta.

Globo

Así le explico a Constanza, así me explico yo: Mi papá es como los globos que se van al cielo y ya no regresan.