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Mostrando las entradas de mayo, 2011

Génesis

Tremor en la superficie, deslizar del viento partículas de ti rebotan en el agua, hacen círculos concéntricos rotos por puntas de flecha, la trayectoria de los peces vigía. Danzas primigenias, reflejo de lo que ves y de lo que no tocas. El instante se cuadricula y eres un árbol, fragmentos de cielo, roca, el baile del pez que se ondula. Y en el fondo tu cuerpo se moldea vestido de reflejos añejos, partículas de ti agazapadas se vuelven rotundas, redondas. Las gotas se articulan, dedos, fluyen, pantorrillas, se vierten en tus caderas, sobre tu talle, emerges concentrada en pequeñas gotas, y explotas contra el cielo                                             ser de agua.

Espejo

Somos vaivén incesante, arena revuelta, un enrollar de piernas y brazos. Gemido, choque. Nos extendemos más allá de un cuarto de madera. Somos infinitos. Nuestros desencuentros se arrollan, ruedan y revientan contra las rocas. Somos espuma, nos agitamos sobre el espejo salino, denso, que nos mira. Paz, murmullo: bajamar. Adormilados somos océano en calma, aceite verdiazul, ojo acuoso que nos imita, reflejo violento: pleamar. Somos amenaza, ruidoso estallido o chapoteo y rizos sutiles sobre el agua.

RED SOCIAL

Señor, señora, señorita, joven, si usted no vive lo suficientemente ansioso, estresado, con cansancio mental, paranoico, hipocondriaco y molesto, métase a una red social, navegue un rato, le aseguro que con diez minutos usted terminará de cumplir su cuota de ansia al no tener noticias en muros que no se actualizan; estrés, al notar que hay otros en los que se postea a cada rato; cansancio al leer las notificaciones de los amigos de los amigos de sus amigos que han contestado o puesto algo donde a usted se le ocurrió poner solamente un :(; paranoia al darle seguimiento a algún estado o historia que pegó algún conocido y tratar de averiguar qué le pasó y por qué, e hipocondria, cuando después de todo esto note que le duelen los ojos, que su espalda está nudosa, que la muñeca derecha lo está matando y que no puede doblar el cuello. Si no, al menos, con un par de estados u opiniones de algún parroquiano le bastará para estar MO-LES-TO.

Que no sepa volar

Compró documentales que hablaban de águilas y aprendió a volar, adquirió todos los recetarios de comida nacional e internacional y se volvió una experta cocinando, para sentirse más terrenal tomó clases de personalidad y le enseñaron a andar en tacones, cuando hubo terminado, él la miró y decidió darse la vuelta. Lo peor de todo es que se fue con una reptiliana que compraba comida en fondas por 25 pesos y andaba siempre en chanclas.

Con su sombra

Se dio cuenta que su soledad se parecía a un caminar sin prisa pero no lento, a no eludir respuestas que se saben de antemano, a no pedir ni dar explicaciones, a leer, escribir, bailar, dormir, tomar café, llorar y reír a conveniencia. Y le gustó.

Madrugada

Después de hacer el amor unas tres veces durante toda la noche, ella le dijo a eso de las 6 de la mañana que se casaría. Él, a pesar de haberle dicho que ambos eran libres cuando empezaron a salir, sintió una estalactita atravesarle el pecho. ¿Qué era aquello? ¿Una aguda manera de hacerlo reaccionar? ¿O una fría muestra de que ella en verdad jamás se enganchó a él? Su única respuesta fue el congelamiento, mientras la veía tomar su bolso y salir.

Lunares

Mientras conducía de regreso recordó la amenaza que él le había hecho: "Si te metes en mi vida, te juro que no volverás a saber más de mí". Pero cómo dejar de meterse, si era un placer contestar los comentarios que le hacían a él en facebook y hacerse la aparecida en cada lugar que sabía que él pisaba. No podía evitarlo, y tuvo que seguirle la corriente aquella madrugada: no volvería a saber más de él. Después de asfixiarlo con la almohada del motel, lo llevó en su auto a un basurero, pero antes le arrancó los lunares de la espalda, eso sería lo único conservaría, nada más.

Ciclo cerrado

No cabe duda que uno no se baña dos veces en el mismo río. Fui a recoger mis pasos a un sitio al que no había vuelto y a pesar de ir con otra idea, me dio la impresión de que afortunadamente, cerré el ciclo hace ya tiempo. Bien, lo corroboré. Pensé que pararme ahí me iba a poner mal, a provocarme una profunda tristeza, sin embargo, lo único que me provocó el lugar es lo que por sí mismo podría provocar, una enorme fascinación. Es un sitio de una belleza natural sin igual, las olas rompen ahí con la energía de todas las olas del planeta, es un paraíso semi vacío, a muchas horas de distancia desde casa. Recordé, eso sí, la anterior travesía para llegar. Primero Oaxaca y de ahí unas siete horas hasta Huatulco, posteriormente Pochutla y después, nuestro destino. En esta ocasión pasé por Oaxaca para seguir directo hacia la costa, sin rodear. Hasta Huatulco fueron doce horas de viaje, después de lluvia sobre carretera y una neblina densísima. Al otro día, el Paraíso. El lugar no ha cambiado

El ventanal

No he querido entrar en esa casa, a pesar de que han pasado ya dos meses desde que la frecuento. Siempre que él me invita a conversar, a tomar un café o a escuchar discos busco algún pretexto para irme. El lugar es precioso, una casa rústica, hecha de adobe, dos pisos, una entrada empedrada, un gran jardín trasero repleto de árboles, hay pinos, fresnos, colorines y allá, al fondo, en la esquina izquierda, un sauce llorón. He de decir que al jardín también lo habita cierto aire melancólico, se respira un poco de soledad, algo de misterio. En el día el paisaje que ofrece es más bien afable, uno disfruta respirar el aire fresco, ver las plantas, oír el rumor del viento; pero, por la noche, la luna y los muy tenues ecos de la luz artificial que llegan a filtrarse por entre las ramas forman sombras de hombres parapetados detrás de los troncos, animales ocultos tras de los arbustos y mujeres delgadas paseantes por entre los árboles. Sin embargo, mi mayor temor se da cuando volteo a ver la ca

Propuesta matrimonial

Casarse para no quedarse solo.....

Hombre ave

A G. P. Conozco a un hombre que se erige más allá de lo aparente su piel se bruñe con el sol de cerca, sus ojos insomnes diseñan entre nubes allá donde se respira color azul y habitan las aves. Habla con las gotas de agua, se acopla con el viento, camina sobre las hojas ocre que caen en el oleaje. Se sale de los terrenos de lo visible su mente lo conduce por laberintos múltiples y escapa de lo que otras manos tocan. Su cabello rebolotea en terrenos nuevos, sus manos se pasean en el espacio que nadie ha visto, hace juegos pirotécnicos en las noches y crea realidades en el día, da pinceladas a la tarde congelando el instante en espera de eternidad.

Altzayanca

Y dicen que los que se internan en aquél monte, ya no salen, sino hasta 30 años después, aunque les parezca que sólo ha transcurrido un día.....

Triángulo

Le dije que si tenía algo que arreglar, que lo hiciera, que se liberara, que no quería formar parte de un triángulo. Y lo arregló. Me dejó.

Pena ajena

Fue el viernes 29 de abril, pasaban de las siete de la tarde, Luis Humberto Crosthwaite, escritor tijuanense que estaba en el auditorio de la Casa del Artesano de Tlaxcala presentando su libro Tijuana, Crimen y Olvido , hacía comentarios respecto a la inútil guerra del presidente Calderón contra el narcotráfico cuando una empleada del Instituto Tlaxcalteca de Cultura se levantó del presidium para después acercarse con una nota que indicaba que el director del Instituto, Gerson Orozco García, solicitaba que se interrumpiera la presentación y que saliéramos de inmediato. El autor, que se autoetiqueta como escritor fronterizo ya no tuvo siquiera la oportunidad de leernos un fragmento de su obra; los empleados del lugar apagaron las luces cuando Crosthwaite aún se encontraba autografiando libros. Posteriormente, la explicación que dio la licenciada Adi, coordinadora del Programa Estatal de Fomento a la Lectura fue que el edificio que alberga la Casa del Artesano se encuentra en litigio y