Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2014

Fantasmas

El mundo está poblado de fantasmas. Necio aquél que lo niegue. El primer fantasma de mi vida fue aquel que pertenecía al del tío Isidro. Fue un fantasma pasajero, se fue como llegó. Lo recuerdo en mis primeros años infantiles. Era el fantasma del tío que se fue a morir a casa de mis abuelos, donde yo vivía. Recuerdo el miedo que me producía atravesar el largo patio medio iluminado. La sensación d ... e que alguien me seguía muy de cerca. El temor de no querer voltear y evitar correr pues la angustia de saberme perseguida se hacía mayor si yo aumentaba la velocidad. Prefería entonces intentar calmarme, caminar despacio, tratando de ocultar mi miedo y únicamente acelerar el paso al estar cerca de los cuartos en donde mis papás, mi hermana y yo vivíamos. Después de eso no hubo más fantasmas por un tiempo, únicamente muertos. Un fantasma importante es el de mi abuelita. Después de darnos tanto amor y de que me consintiera como las buenas abuelas lo hacen, cuando se murió, me dejó dormir

Música culposa

No sé si sea un gusto culposo o no, pero varios momentos de mi vida los he dejado acompañar con música de Moenia. Recuerdo la vez en que le dediqué al sujeto de mi amor la canción Manto Estelar: "no sería a ti..." le cantaba porque por supuesto, el sujeto no me hacía caso. También la vez en que deseé tanto que alguien no se fuera con "Regreso a casa" y entonaba la canción como un mantra. O cuando estaba enamorada de uno de mis mejores amigos, como me ha ocurrido varias veces ... , y secretamente le dedicaba "Estabas ahí" en versión acústica o se la ponía en el estéreo del auto cuando nos escapábamos a la cascada de Quetzalapa. Y tampoco he olvidado la vez en que fui con el amor de mi vida en agosto de 2011 a la Feria de Huamantla y él propuso entrar a oírlos. Yo estaba alucinada, a su lado, escuchando canciones melosas de Moenia. Pero el instante terminó como termina todo y hoy quedan recuerdos. Creo que este día tocan en la feria y no me dieron una lana