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Mostrando las entradas de febrero, 2006

Senza cuore

Llegué a menospreciar la expresión. Incluso pensé que era demasiado cursi. Hoy sé, sin orgullo y sin gloria, lo que es andar por el mundo con el corazón roto. He de admitir que quise repararlo al menos un par de veces: utilicé pegamento de contacto, después, masking . La primera vez obtuve un corazón reluciente, casi. Las fisuras no eran muy perceptibles. Confiada, tratando de ocultar lo que había pasado, quise llevar el corazón a su sitio pero en el camino, el corazón cayó de mi mano. Lo levanté avergonzada y ya sin tanto esmero otra vez me puse a arreglarlo. Pegué masking aquí y allá y el corazón quedó hecho un rústico envoltorio. Ya no lucía en su antiguo anaquel y mejor lo metí en mi bolsa. Despistada caminé por la calle y sin más, alguien a quien no había visto en mucho tiempo, al pasar con poco tiento junto a mí, lo aplastó. Sé que llegué a menospreciar la frase y a creerla demasiado cursi, pero hoy entiendo bien de qué se trata andar por el mundo con lágrimas atoradas, olvidar l

La mole Antonelliana

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Una vista de Torino, donde se llevan a cabo las olimpiadas de invierno, y el río Po
Ya no estoy triste y me da miedo.