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Ponche (2011)

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Carajo, me digo, mientras salgo de la casa azotando la puerta porque mi esposa me envió a traer ciruelas pasas para el ponche. Fuimos de compras ayer y se le olvidó comprarlas. Maldigo, seguramente todo estará hecho un relajo, compras de última hora, ¡sólo a mi mujer se le ocurre! Trato de arrancar el auto y no enciende, está frio, afuera debe estar a unos cinco o seis grados. Doy un manotazo al volante, bombeo el pedal del acelerador y vuelvo a intentar. La marcha se oye como un viejo con bronquitis. Bombeo otro poco y al fin el auto enciende. Acelero y salgo rechinando llantas del fraccionamiento, me enfilo hacia el centro de la ciudad para tomar rumbo al súper. Apenas llego a la avenida principal me topo con un caos descomunal. Los autos que vienen, que dan vuelta, que van, que suben no pueden moverse. Hay un amontonadero en cuatro puntos y estoy justo en medio.  Pasando veinte minutos logro avanzar poco a poco. Cuarenta después de haber salido de casa llego al supermercado

Verbos/Verbs

 Amo el verbo conducir puesto en tu persona, la forma en que tomas el volante y penetras en la noche. Aunque te quedan bien los verbos pintar, comer, patinar siempre y cuando se combinen con decir: quiero que digas mi nombre cuando estás en el baño, sosteniendo el pene vaciándose en el retrete o mientras te duchas para despertar. Quiero sorprenderme en tu boca en los momentos tuyos, antes de que cepilles tus dientes, cuando te rasuras frente al espejo o te desnudas para dormir. Amo el verbo decir puesto en tu persona, la forma en que me pronuncias junto con el verbo masturbar. Quiero oír mi nombre, di mi nombre, grítalo. Mi nombre que sube por el cuello que tomas con tu mano. Así es, que explote, déjalo que brille, que salpique las paredes. Vas bien, sigue así, invócalo. ¿Ves que bien se siente? Así, así, más. Aúlla. Que no me llamo Ge- ma. I love the verb “driving” put on yourself  how you take the wheel and penetrate the night  Although you are good in verbs l

Carnaval

Voy a hacerme un Martini Blue con tus ojos y con tus dedos índices un antifaz a mi pubis. Voy a romperte frente al espejo, rebanar tus mejores partes, remoler tus sesos treinta veces. Quiero beberme tu muerte,  es la única certeza que tienes.

ROJO

Toma una rama, gíralo con ella. Rodará por su propio peso. Rollo de carne que cruje. Pínchalo. Rezuma. Muérdelo. Parece que está fresco. Escúpelo. Luce bien la sangre en tu boca. Aplástalo, antes de que vengan las moscas. Toma un sorbo de mar, enjuágate, quita el sabor amargo que incomoda. Písalo. Hace rato que no late: un edificio sin puertas, ventanas rotas pedazo de carne sin forma.
No podemos estar satisfechos del todo. Igual que el de la mercería no quiere vender su último metro de listón porque después qué vende, no podemos tener todas nuestras carencias cubiertas sino se nos acaban las historias y después ¿qué escribimos?

MIS AMIGOS

Chispean burbujas,   estallan, hacen lo que quieren su mente no se detiene, brota, no tiene cabida en sus cabezas se desborda. Deslumbran, bullen envuelven de colores,  palabras, caramelo, oro, la tierra burbujas de metal líquido, no dejan de brillar no dejen, exploten.

Tormenta

La noche se escurre y él se asoma solo, detrás de esa cortina ve su par de manos, disfruta de sus ojos, muerde sus labios,  tiene tanto y no mana. Pidió que lloviera, que lloviera mucho pero no puso el balde. El agua explota, el agua truena, se desperdicia. Goterones amenazan con granizo y aquí  la cortina de agua oculta su rostro.  Quiere beber desde adentro, la lluvia es fresca, le han dicho,  l a lluvia canta al escurrir por el cuerpo. Pero él no juega afuera. Se queja cuando llueve y reclama cuando no. Las gotas lamen el cristal de la ventana y él se da cuenta de que tiene un yoyo, un titére, un balón. Podrían salir a jugar, pero el agua ahoga. Y ella, la de la otra ventana, oculta tras la cortina odia la sequía y el rostro empapado mientras desliza el índice  siguiendo una gota. Tanta agua y no quiso sacar el balde. Los dos añoran el sol, refugiados en la tormenta sintiendo caer las gotas sobre sus cabezas.

My man

El hombre que amo tiene además de cabello largo un montón de sueños en la cabeza. Vive en una cabaña y hace de su vida su propio plan. El hombre que amo tiene los ojos más confortables y mullidos que en color azul se pueda hallar.  El hombre que yo amo prende un cigarrillo y se asoma a la ventana tiene la curiosidad del niño y la experiencia de un mago. El hombre que yo amo es un caballo salvaje que se echa como gato para dejarse acariciar.  El hombre que yo amo me da calor con su aliento, acaricia mis noches y acompaña mis días. El hombre que yo amo me prepara el café y yo me quedo viéndolo mientras sorbe, mientras hace sus labores, mientras me ve.
Un poeta es un perro que le aúlla a la luna, que le ladra a un espectro, que olfatea un rastro.  Mueve el rabo fácilmente  pero olvida rápido,  lame la mano del que lo corrió y puede marcar un árbol  que ni siquiera es su árbol.

M.

Decir tu nombre, pronunciarlo como la posibilidad de atraer hacia mí el cielo. Nombrarte, oportunidad de mirar hacia otro lado, de diluirme en el mar que eres. Pronunciarte como una plegaria para inundarme en el azul profundo de tu nombre.
En las canciones dolorosas  y en todos los pasos de baile pero sobre todo en los ojos cafés  y la barba crecida pienso en ti. Estoy estancado dijiste estamos, te digo  porque nos dolemos de lo mismo porque no tiene remedio tu salida y la mía. En todas las opciones vistas pienso en ti.

15-07-13 Cerca de Telmex

Presiento que a este paso tardaré  poco en caminar con el alma pesada, platicando con las calles. Tardará poco en notarse que el futuro se quedó amontonado en la boca, yermo en el vientre, hecho nudo en los hombros. Voy rápido, si no te acercas tardaré poco.
Mis celos excesivos se manifiestan como un pretexto sencillo para decir no, tampoco eres tú.

Tú sólo vas

Las cosas te pasan como las olas y tú simplemente vas, no las brincas,no te zambulles, no giras para que no peguen de frente, no te echas un bucito. Tú sólo vas.
Es fotógrafo y pintor sí, y también explota en palabras, guarda ecos, colorea lo que hay en su cabeza, amasa cuando escribe. Juega con la luz, habla de tiempos, varios. Dice con colores, me pinta los días, las tardes, las noches. Tiene manos grandes, hacen. Sus uñas son abanico, mitades de concha. Mi hombre es libre, tiene alas.

Cometas

Conocí a mi sobrina, por unos minutos  la tuve en mis brazos.  Le dije bienvenida,  aquí hay muchas cosas  bellas. Me escuchó y luego me habló. Me dijo de estrellas que brillan más allá de lo que veo, de cielos rojos vistos desde arriba, de cometas que truenan a la distancia y de giros alrededor del globo hasta llegar aquí. Abrió luego los ojos. Yo me quedé callada.

S.

Como nos besamos, comemos, me gusta mientras yo digo no y te preguntas ¿querrá que la acabe, la suelte, que hablemos? Yo digo sí y me dices estás loca.
Qué bueno es, en un momento, sentirse enamorado. Antes de que traicione la conciencia. Antes de escoger mentirse no aquí sino en otra parte.

Centrales

Me gustan las centrales de autobuses. La gente está expectante, desmañanada o desvelada; cargan equipaje, unos se llevan todo lo que pudiera hacerles falta, otros van ligeros. Me gusta su actitud: todos van hacia algún lado, todos esperan, es la emoción de querer saber lo que vendrá. La central tiene ese nombre porque desde ahí ocurrirá algo, ya sea porque se está a punto de empezar un viaje o bien porque se ha llegado al destino. Algo nuevo pasará. Amo las centrales camioneras, ir solo, llevar cobija, estar acompañado, sentir frío o calor, tener tiempo de pensar. Me gustan los viajes que se emprenden desde ahí porque aunque pareciera que algunos son espontáneos, a todos, de una u otra forma, se les ha planeado y ya sea que se crea o no, te encomiendas a alguien esperando que el trayecto sea bueno. Me gustan las centrales camioneras, tienen todo lo necesario para partir.  -Tzuyuki Romero-
Me preguntas qué es lo que quieren. No lo sé. Caricia segura. Ve tú a saber. Procrear/Atención/Jugar Un oído presto. Son paños de lágrimas, orientadores. Se unen a las filas. Yo no sé. Tal vez sólo espéran que les devuelvas lo que tú no les quitaste. Calidez/Abrazo/Hombro No sé.

Fantasmas

No existen fantasmas. Llevo días buscándo una señal. No hay respuesta. Un pocillo tibio, un muñeco que cae de la nada, un mensaje en el momento justo y los lugares en que sigues caminando. No existen fantasmas, ¿verdad?

Actriz

Quizá lo que tenemos en común esas mujeres y yo es que siempre hemos sido las protagonistas de nuestra vida. Los otros se sienten secundarios y por eso se resguardan. María Casona (1909-1948), actriz de carpa hablando de sus compañeras. Murió sola por no dejar nunca que los "otros" tuvieran un protagónico.
Ya paren de decir no podríamos, nos parecemos mucho. O eres egoísta y no sabes compartir. Ya dejen su: somos polos opuestos y éstos no se atraen. Tú eres gruñona y yo soy irasible, tú eres mandona y yo un capataz, tú piensas mucho y yo soy espontáneo. En el amor no se discrimina. Uno se da o no se da.
Soy veneno, tan dulce que no te das cuenta y tan amargo que no puedes pasarlo. Soy un niño grande, no trates de educarlo, no sirve, sólo camina a su lado y escúchalo si te lo pide. Soy un aprendíz no de niña, sino de mujer, quiero dejar de pensar en mi misma y darme.  Estoy feliz, estoy enojada, estoy triste. Pero estoy. Acéptame así.

Una temporada

Me dijo: quiero estar a tu lado, pasaré una temporada contigo. Constesté: " ¿cómo un temporada? quiero que estés conmigo toda la vida", y lo dejé ir, sin darme cuenta que la vida, dure lo que dure, es solamente una temporada.

Ciudad pequeña

Lo vi en el restaurante en donde comí. Era un tipo que aún sentado se veía alto. Tenía el cabello oscuro, rizado, y la piel blanca. Bigote. Jamás me había llamado la atención un tipo de bigote. Sin embargo éste, con sus brazos algo velludos y las uñas de las manos cortadas al ras, me tenía anonadada. Comía con empeño, como siempre he pensado que lo hacen todos los hombres, con ganas, con gusto,  ávidamente. Platicaba de vez en vez con sus acompañantes. Llévaba una férula en la pierna derecha y unas muletas descansaban sobre el respaldo de la silla que se encontraba junto a él. Imaginé qué le habría pasado. Un accidente de trabajo, un mal paso, una caída haciendo deporte. Lo vi sonreír. Miré también cómo enrollaba una tortilla con maestría y luego le daba una mordida. Fue ahí cuando sintió que lo observaba. Volteó discretamente hacia mi mesa y giró de nuevo para seguir comiendo. Apenas eran las tres de la tarde y el día había mejorado bastante. Él siguió comiendo y hablando de vez en ve

Para solitarios crónicos:

No, el amor no es imposible. Si ambos quieren establecer una relación comprometida y duradera sólo tienen que lidiar con: los traumas de la infancia, sus complejos, las creencias personales, la historia familiar, los prejuicios, el pasado amoroso, las relaciones destructivas, los traumas recientes, los estereotipos, a veces las distancias y las cuestiones económicas.

Si estuvieramos

Si estuviera allá no me cansaría de verte dormir bailar enojarte. Si estuviera ahí te dejaría mirarme mientras hago nada mientras imagino. Si estuviera si estuvieramos. Pero hoy dormimos, bailamos, nos enojamos e imaginamos en cielos y tierras contrastantes. Tzuyuki Flores Romero