M.

Decir tu nombre, pronunciarlo como la posibilidad de atraer hacia mí el cielo. Nombrarte, oportunidad de mirar hacia otro lado, de diluirme en el mar que eres. Pronunciarte como una plegaria para inundarme en el azul profundo de tu nombre.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guardiana del abismo

El retrato de Zoe y otras mentiras, de Salvador Elizondo

G. V. Z.