Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2008
Hay días en que siento no sólo un abandono, sino muchos. Mucha gente se va, se escapa, me huye, me rechaza. Hay días en que me pregunto qué hago mal.

Enrique Alvarado Padilla

NO TE SALVES (Mario Benedetti) No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.

Baaah!!!

Patrañas. El placer es el placer.

Busco magia

Extraño coger con amor. Busco magia.

Los amores cobardes no llegan a amores

OLEO DE MUJER CON SOMBRERO (Silvio Rodríguez) Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo, se ha perdido esta bella locura, su breve cintura debajo de mí. Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar. Veo una luz que vacila y promete dejarnos a oscuras. Veo un perro ladrando a la luna con otra figura que recuerda a mí. Veo más: veo que no me halló. Veo más: veo que se perdió. La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar. Una mujer innombrable huye como una gaviota y yo rápido seco mis botas, blasfemo una nota y apago el reloj. Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción. Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall, corrompiéndose al centro del miedo y yo, que no soy bueno, me puse a llorar. Pero entonces lloraba por mí, y ahora lloro por verla morir.