Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2011

VELA

Dos horas de sueño, ojo desnudo, reseco. Rumias imágenes del día: Das vueltas a mensajes que no lees pero que sabes que existen. Intriga de fin de semana, ignoras no a dónde lo llevan sus pies si no dónde puso las manos. Conversación de horas, ojos en blanco como huevos y sus manos oscuras escribiendo textos que no te pertenecen. Mientras su voz ulula en tu oído mezclada con neblina que aquí no baja pero es sopor, es un caminar blando y palabras que no dices, siguiendo la plática imposible porque no estás, te perdiste en seis horas de vigilia y sus manos oscuras haciendo textos.

ESTE ESPACIO

Una tarjea o un tiradero de basura, me he dado cuenta que eso es este espacio. Hay reminiscencias que erupto, memorias que dan vueltas en mi cabeza, que se niegan a ser desechadas totalmente. Debo tirarlas para que salga lo nuevo, así que no me culpo por sacarlas a flote aquí, pero me cansan, son lugar común, destellos del pasado, asideros a los que me aferro porque creo que así verdaderamente sucedieron, aunque con el tiempo quizá mi mente ya los haya modificado, a conveniencia, muy probablemente. Una coladera, un escupidero, tiradero de eso que creo que fue, pero que quizá no.

Estar ahí

Imagen
Sabían que tendrían que partir temprano, allá los esperaba otra cosa, una salida, algo más que por supuesto no conocían y quizá no tendrían mucho tiempo. Acordaron partir a las ocho, ella llegó siete treinta. Arribaron a la central de autobúses, buscaron una línea que los condujera, la más barata estaba a punto de salir, en esa se fueron. El autobús era incómodo y no tenía clima, pero no importó, era urgente llegar. Ya en la ciudad pensarían qué hacer, pues no encontraron una corrida directa a su destino. Por fin allá verificaron las salidas, solamente había una a media noche y en la línea más cara, no importaba, tenían el tiempo encima para estar allá y siete horas de recorrido, así que compraron los boletos, fueron a cenar y esperaron a que dieran las doce. El trayecto fue bastante tranquilo, leyeron un rato, comentaron algunas impresiones de sus mutuas lecturas, durmieron. Les amaneció en Huatulco. Tenían que apurarse, pararon un camión que los llevara a Pochutla. Llegaron ahí, preg

Hoy escuché, entre otras canciones, ésta:

En honor de tu piel remanso, lugar en el que duermo, deslizadero, rincón de mi recreo... G. P.