Hora de la cena
"No estoy hastiada, ni quisiera saber si tú lo estás o algún día lo estarás", oyeron decir entre dientes a la mujer que avanzó hacia ellos siguiendo de largo con bolsas de recaudo en ambas manos. Iban a dar las seis, Rocío volteó a ver a Raúl. — Nunca me voy a casar—le dijo. Él la miró, la rodeo con los brazos y aún ignorante del hastío contestó: — Si te casas conmigo, cenemos fuera.