Lunares

Mientras conducía de regreso recordó la amenaza que él le había hecho: "Si te metes en mi vida, te juro que no volverás a saber más de mí". Pero cómo dejar de meterse, si era un placer contestar los comentarios que le hacían a él en facebook y hacerse la aparecida en cada lugar que sabía que él pisaba. No podía evitarlo, y tuvo que seguirle la corriente aquella madrugada: no volvería a saber más de él. Después de asfixiarlo con la almohada del motel, lo llevó en su auto a un basurero, pero antes le arrancó los lunares de la espalda, eso sería lo único conservaría, nada más.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guardiana del abismo

El retrato de Zoe y otras mentiras, de Salvador Elizondo

G. V. Z.