Certeza

Sé que me quería porque se sentaba junto a mí para ver el mar
porque ante mi hambre, preparaba un sandwinch, 
ante mi dolor, un té de jengibre.
Sé que me quería porque sus más sucias fantasías las pensaba conmigo y me las escribía, 
también las cartas más cursis.
Sé que me quería porque viajábamos juntos, 
porque venía la mañana de navidad a darme un abrazo, porque me hacía el amor momentos antes de inaugurar una exposición o en el azul de un lago.
Sé que me quería porque si amanecíamos juntos, traía café y galletas a la cama y hubo un tiempo 
en que me llamaba todos los días a las seis de la mañana para ser mi despertador e iba por mí a la escuela y en vez de silbar, maullaba.
Me quería, porque una noche vino llorando y confesó que me extrañaba.
Me quería, con certeza me quería, porque besaba mi cuello mientras me leía sus poemas favoritos y después escuchaba mis cuentos.
Recuerdo, me quería, lo que no recuerdo es por qué dejó de hacerlo.

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