Escribir es una forma de salvarse


Ante la sarta de chismes que invaden cualquier ámbito laboral, ante la gente grosera o los mitómanos que creen que nos engañan. Ante la ola de personas que se queja de todo, ante la lluvia de palabras de aquellos a los que nada les acomoda o nada les parece. Ante el cultivo desmedido de personas que aman a los animales pero que son incapaces de hacer algo bueno por su vecino, ante los vegetarianos que odian a los carnívoros, en vista de algunos grupos de por ejemplo, anti-taurinos que comen carne de res, ante los aprovechados, los ratas, los indiferentes, los desapegados, los no comprometidos. Frente a la enfermedad, la deshumanización, la violencia, la corrupción, hay algo que puede salvarnos. Está el bosque, la cascada, el río, la familia, las hadas, la risa. Está un rayo de sol al amanecer, colándose por la ventana. Ante un misterio enorme como es la muerte, está una consecución de misterios, que es la vida.

            Y todo lo anterior puede englobarse en la literatura. El que escribe es un observador natural. Un fisgón que no siempre dice lo que está pensando, pero después lo escribe.
Ante la sarta de chismes que invaden cualquier ámbito laboral, ante la gente grosera o los mitómanos que creen que nos engañan. Ante la ola de personas que se queja de todo, ante la lluvia de palabras de aquellos a los que nada les acomoda o nada les parece. Ante el cultivo desmedido de personas que aman a los animales pero que son incapaces de hacer algo bueno por su vecino, ante los vegetarianos que odian a los carnívoros, en vista de algunos grupos de por ejemplo, anti-taurinos que comen carne de res, ante los aprovechados, los ratas, los indiferentes, los desapegados, los no comprometidos. Frente a la enfermedad, la deshumanización, la violencia, la corrupción, hay algo que puede salvarnos. Está el bosque, la cascada, el río, la familia, las hadas, la risa. Está un rayo de sol al amanecer, colándose por la ventana. Ante un misterio enorme como es la muerte, está una consecución de misterios, que es la vida.
            Y todo lo anterior puede englobarse en la literatura. El que escribe es un observador natural. Un fisgón que no siempre dice lo que está pensando, pero después lo escribe.

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