- Spleen
Charles Baudelaire
Tengo más recuerdos que un hombre milenario.
Un mueble con cajones atestados de cuentas,
de versos y de cartas, romanzas y procesos,
con rizos enrollados en todos los recibos,
guarda menos secretos que mi triste cerebro.
Es una pirámide, un inmenso sepulcro
que contiene más muertos que la fosa común.
Yo soy un cementerio que la luna aborrece,
y en donde los gusanos, como remordimientos,
se encarnizan, voraces, con más caros difuntos.
Soy un viejo boudoir lleno de rosas mustias
donde yace un montón de objetos anticuados,
donde los Boucher y los tristes pasteles
respiran el aroma de un frasco destapado.
¡Qué interminables son esas tristes jornadas!
cuando bajo la copa de los nevados años,
el tedio, que engendró la triste indiferencia,
toma las proporciones de la inmortalidad.
—¡Desde ahora, oh tú, materia viva, eres
un bloque de granito que un vago temor ciñe,
y que duerme en el fondo de un brumoso desierto;
o una antigua esfinge que el mundo desconoce,
en el mapa olvidada, y cuyo humor huraño
sólo canta del sol poniente a los fulgores.
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Z. Romero
Le dijiste que la extrañas, pero cuando la tienes como ahora, a tu lado, no sabes qué hacer con ella.
Tenía razón Mr. B, a estas horas no hay mucho qué hacer en esta ciudad. Sólo caminar y ver cómo van cerrando los cafetines del centro. Hoy por hoy extraño más su charla, Sr. B, pero tuvo que irse después de una despedida constante y sempiterna. Le quedaba chica la city, lo sé. Pero extraño esas charlas absurdas como absurdo era que Luis Miguel fuera un genio y no hubiera hecho algo para reinventarse; extraño hablar de las perversidades de las que es capaz la humanidad, oyendo música rara que usted bajaba y que provenía de otros países, oyendo mi música triste con vino, es más, hasta con ese café que preparaba usted en su maquinita milagrosa. Nos sentábamos frente al gran ventanal de su sala y contemplábamos la noche, la poca gente al pasar, las parejitas en el parque, las gotas golpear el cristal de su gran ventana y hablábamos. De internet, de Dios, de poesía. Todo se conectaba en nuestra plática como aletear de aves migratorias. Ahora está usted a algunas horas de distancia. No tan...
Comentarios
Hermoso blog.
A.