CAJA/Tzuyuki Romero


Tengo agazapados nudos en la espalda,
Metida en una caja oigo el rebotar de una lluvia cruel sobre el cristal.
Él no llama.

Le grito, no te duermas, muévete.
Arrúllame al menos con música, no importa si la robaste.
La asfixia me estrella contra paredes de cartón.
Él no se mueve.

Un día volverá para asomarse por una rendija
y le diré que ya no hace falta.
Necesito de alguien que esté vivo,
que no me guarde en un laberinto.


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