Recientemente fue otorgado al escritor mexicano José Emilio Pacheco el premio de Poesía Ciudad de Granada, Federico García Lorca, considerado el de mayor dotación económica de poesía en lengua española, es por ello, que hoy, a manera de reconocimiento he querido hablar de una de las obras fundamentales de este autor. Podemos decir que José Emilio Pacheco es polifacético, ha figurado tanto en poesía como en prosa, además se ha dedicado al oficio de traductor, editor, docente e investigador en diversas universidades. Nació en la Ciudad de México en junio de 1939 y su obra comenzó a recibir reconocimiento rápidamente. Batallas en el Desierto fue publicado en 1981, en él, el personaje principal, el narrador, nos presenta un trozo de su infancia en la colonia Roma de la Ciudad de México. “Ciudad en penumbra, misteriosa colonia Roma de entonces. Átomo del inmenso mundo, dispuesto muchos años antes de mi nacimiento como una escenografía para mi ...
Perdón, Nunca quise hacerte mal, pero siempre que me acerco al fuego, Se me escurre el diablo. Zoe. La fila estaba llena de pubertos. Algunas adolescentes se preguntaban si las dejarían pasar al bar, pues no traían credencial del IFE. Después de las diez la fila empezó a avanzar. A algunos les pidieron credencial, otras se hicieron occisos. Entramos. Lugar con muchos niveles y varios escalones. Los mandiles hacían su agosto: te daban una buena mesa si prometías consumir una botella o si ofrecías una buena cantidad de propina. Esperamos todavía casi dos horas dentro. Tiempo suficiente para ir calentando la garganta con vodka y ver cómo el bar se iba abarrotando. Después de las doce vemos sobre el escenario a cuatro hombres flacos, algunos de ellos melenudos, que se aprestan a tocar. Abren el concierto con Whatever : "and all the spiders in my mind, and all the things we never said. Maybe the last day of my life, when I look at the world trought the blue of your eyes, trough...
Leer a Salvador Elizondo es encontrar una serie de formas y técnicas narrativas originales en historias que nos llevan a reflexionar sobre la esencia oculta de los actos dentro de la realidad que el escritor suele retratar como contradictoria. Es, también, hallar imágenes que se proyectan inmutables. Cada cuento de El retrato de Zoe y otras mentiras despierta evocaciones (esto debido, quizá a la influencia de los surrealistas en el autor). Los pequeños instantes se hacen cíclicos y por ende, infinitos. Este libro es un abundante recuento de personas, lugares y momentos. Al leer El retrato de Zoe y gracias a la habilidad narrativa de Elizondo, uno puede asomarse a esas almas ficticias que se antojan tan verosímiles porque nos recuerdan un lugar conocido: nuestra propia alma. Cabe mencionar que a Elizondo le fascina jugar con el tiempo, es hábil en el manejo de la memoria, maestro de las reminiscencias del pasado que a veces son dulces y en ocasiones c...
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