Decisión

Si de verdad lo quieres,
si esperas dejar legado
en este mundo corriente.
Si te apura echar raíz y hallar lugar
para descansar tu vuelo.

No tu madre,
ni tu útero,
mucho menos el cura,
ni el novio de alma libre,
o el esposo impositivo
ni tu prima la casada
manden en tu deseo.

Que sea el anhelo impetuoso
de tu mente y corazón
el que te haga instalar un hijo en tu vientre.

Si es el proyecto en el que has
puesto toda esperanza
no dejes que te distraigan
los que ven para otro lado,
los que esperan dejar su herencia
en las páginas de un diario
o en varios cuadros colgados.

No te quedes mucho tiempo
al lado de quien no quiere
esperando que de pronto
su mente cambie y anhele
un hijo que sea de ambos.

Si no te ves de otra forma
y ansías poner en alguien
la razón de tu trabajo,
prepara la tierra, nútrela,
humedécela, dale agua.

No dejes pasar el tiempo,
busca quien sueñe tu sueño
y avanza hacia donde vas,
no te importe si el mundo delira,
no te importe tanto horror.

Porque la vida es una y cada cual
siembra, se instala o camina.
Y si es tu sueño un hijo,
que no pasen tantos años,
no dejes que a tu decisión la deformen tantas manos.




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