Derramado

No tumbado, vertido sobre la cama,
tu cuerpo lácteo, ligero,
alimenta amaneceres por venir.
Visión próxima del oriente lejano,
oculto en tu piel, en tus ojos,
en un resquicio de tu mente.
Perfección milenaria derramada en la cama,
invitación a beber del principio,
a untarse de ti, de tu pasado,
a navegar allá adonde el sol nace.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guardiana del abismo

El retrato de Zoe y otras mentiras, de Salvador Elizondo

G. V. Z.