Ensayo 2

Definitivamente, la mejor etapa de la vida es la universidad. Primero, la emoción al enterarte que fuiste admitido. Buscar tu escuela o facultad, inscribirte, conocer a los compañeros.

En esta etapa, el sistema todavía no te esclaviza, los padres aún te apoyan económicamente y puedes estirar la mano para pedir para los libros o las inscripciones. Tienes la oportunidad de salir de tu ciudad para ir a estudiar a otra y conocer gente, edificios hermosos, calles, bares, etc.
En la universidad encuentras amigos que al entrar a la escuela tienen como tú unos 18 años y van creciendo juntos. Comparten el cambio de apariencia, de vestimenta y la experiencia del primer empleo.

El mundo es tuyo y quieres poner una estación de radio, ser locutor, corrector de estilo, escribir en algún periódico o hacer guiones para televisión.
Los trabajos escolares son todo un reto: hacer un video musical, una revista, un programa de radio, carteles, documentales...
Si te sientas solo en medio de ciudad universitaria y abres un libro o simplemente estás observando, nadie te ve mal. Ser universitario permite que disfrutes tu soledad.

Después de clases o un viernes, puedes ir a tomarte una cerveza y entra como agua. No como ahora que te pones malito con tres...
Lo mejor es ser universitario, querer comerte el mundo, pasar tiempo con tus amigos, reír, tener sueños, creer, crear.
Como diría Mafalda: hay que cambiar el mundo, antes de que el mundo termine cambiandote a ti.

Comentarios

AOV dijo…
Buen Ensayo, ritmo y nostalgia fundidas en una excelente parábola de sensaciones que regularmente y en ese preciso instantes no valoras tanto como años después.

Saludos
Mi universidad fue uno de los mejores momentos de mi vida... el que yo diría el de desmadre. Dónde de una u otra forma terminas haciendo lo que realmente quieres hacer. Dónde das el paso para lo que sigue. Dónde te vuelves lo que ahora eres y sólo vives con las remebranzas de esos tiempos...

Entradas más populares de este blog

Guardiana del abismo

El retrato de Zoe y otras mentiras, de Salvador Elizondo

G. V. Z.