Sobre la depresión en individuos adultos

Las razones para la depresión actual, para el vacío, la confusión y el exceso de tensión en la actualidad pueden ser muy variadas y bastante mencionadas. El hombre contemporáneo vive con prisas, busca el sustento y si tiene suerte, asiste diariamente a su empleo que en ocasiones le proporciona pocas o ninguna retribución a nivel emocional.
Sin embargo, hay otras causas para el sinsabor de estos tiempos. Imaginemos vivir en una casa donde no pasa nada. Un hogar donde se tiene todo, hasta un perro para ser feliz, donde la mamá y el papá son el eje de una familia común. El lado materno con características de ingenuidad, valores morales arraigados, expresión de emociones y sentimientos, proveniente de una familia unida con instrucción escolar a nivel superior. Ahora bien, el lado paterno, sin valores profundos, proveniente de una familia de padres sin instrucción académica, padre alcoholico, golpeador e irresponsable, madre trabajadora y sufrida.
De la unión de las partes ya mencionadas, surgirá un individuo que en sus primeros años ignorará las razones para que tiempo después, surga en él un vacío existencial acompañado de confusión y depresiones. Hasta que, ya más grande el individuo analiza a nivel genealógico-social el por qué de estos momentos.
Es obvio, el individuo crece en una burbuja, donde sus padres han logrado recibir instrucción profesional. Donde, se le ha rodeado de un ambiente "acogedor", demasiado normal. Con sus padres juntos. Pero, a la larga, el individuo empieza a darse cuenta de su situación. Mamá y papá han construído la burbuja. Mamá fomenta valores morales, papá un poco, más no en la práctica. El individuo pasa la adolescencia sin ningún altibajo recurrente de aquella etapa, sin embargo, ya con más años, la idea del padre como héroe, como ejemplo decae. El individuo se da cuenta a trompicones que aquel mundo rosa del que escuchó hablar a su madre no existe. Observa a su alrededor. El amor no es de flores, abrazos prolongados en la playa, ni poemas de amor a diario. Todo mundo se acuesta con todo mundo.
Aún asì, el individuo puede seguir enajenado en busca del amor. Tropezar, desilusionarse. Y entonces, hay una batalla de ideas, sentimientos y valores dentro de su cabeza. Por un lado está aquello que le han dicho es "lo correcto" por otro, aquello que le han dicho que no haga, pero que ha visto hacer a su propio padre.
El sujeto sufre entonces crisis que lo hacen sentirse dentro de un gran vacío. Se encuentra hundido en desilusiones constantes que desencadenan en grandes decepciones, por tanto, es de imaginar que el estado de aquel individuo sea el de continuas depresiones. A esos periodos de crisis podría llamarles, estados depresivos post-adolescencia, porque afectan al individuo a una edad mayor, ya cuando la personalidad y el caracter han tomado forma.

Comentarios

AOV dijo…
creo que este post pudo estar a la altura de los miserables que posteo yo... como dicen, me robaste las palabras de la boca, aunque en este caso, sería de las yemas de los dedos...
por cierto, es difícil leer con esa combinación de colores
Susy dijo…
Hola Zoé, acabo de llegar a tí por Ciudadblog.
Es cierto cuanto dices sobre la depresión y los tiempos modernos.
Pero...
yo recuerdo perfectamente en mi niñez, en el pueblo primario donde nací, a personas tristes, melancólicas, dejadas... abandonadas en sí.
y no se le llamaba a lo que sufrían "depresión", sencillamente eran así, se volvieron así como otros lo hicieron de otra manera.

Cada sociedad, cada época, a similares consecuencias se les da nombres distintos y se les pega etiquetas diferentes.

Cosa esa, con cualquier nombre, propia en ciertos seres humanos.


Feliz Navidad y un abrazo.
Anónimo dijo…
Acabo de leer esto y me siento tan identificada con todo lo que has escrito, que despuès de mucho tiempo me siento aliviada de saber que no soy la única que ha pasado por esto. GRacias!!!!

Entradas más populares de este blog

Guardiana del abismo

El retrato de Zoe y otras mentiras, de Salvador Elizondo

G. V. Z.