Derrotero de la noche
El grito que aún no he dado me ahoga en el puente colgante derrotero de la noche conocido y olvidado. El paso que no he dado debilita mis piernas ante el sendero volátil construido hace ya tiempo cruel y abandonado. El vistazo que no he dado horroriza mis ojos al filo de la hondonada extensión de un terciopelo viejo y enlutado. La madera carcomida y las lianas endebles me desquician porque sé muy bien que voy a caer.