Yenga

Y de repente se me mueve el cerebro. Sí, se desplaza, es una placa que se desliza hacia atrás y me cambia la perspectiva de las cosas que ahora se ven más angulares. El cerebro es más o menos, una pieza de yenga que alguien hubiera empujado con el dedo cuidadosamente para que la pieza de arriba, la tapa de los sesos, y la pieza de abajo, el cuello, no se muevan de lugar.

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