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Mostrando las entradas de octubre, 2005

CONTEMPLACIÓN

Para Guillermo Samperio, por sus ejercicios. Con tu cansancio tumbado en la cama observas la nube de humo del último cigarro, ése que prendió cínicamente después de tenerte y antes de salir dejándote el perturbador sonido de la puerta como recuerdo. Al fondo, un rinoceronte metido en un mal cuadro te mira y encuentra tu posición sobre la cama un tanto incitante; piensas que le dan ganas de embestir, tal como lo hizo él. Examinas la corriente oscuridad del cuarto en el que un ropero guarda las memorias de encuentros fugaces. Ahí está tu abrigo y ahí se quedaron, tal vez por olvido, quizás a propósito, un sombrero de lana que presume haber sido bello y un zapato de mujer. Otros amantes olvidados. El espejo distante del tocadorcito frente a ti deja que te des cuenta de la tristeza; del vacío, de ése que no se ve pero se siente, de la sensación de haber sido utilizado. Mientras, contemplas a aquella mujer que aún abierta de piernas mira a su alrededor. Todo fue tan rápido. El lugar no pu

PRESENTACION DE LIBROS

El buen Armando me pidió que subiera esta información: "El próximo jueves 20 de Octubre, a las 19 horas, en el Museo Mural Diego Rivera (Plaza Solidaridad, al poniente de la Alameda Central, cerca del metro Hidalgo), se hará la presentación de los libros, Mi hijo el lobo, de Janitzio Villamar y Aires de todo lar, de Rosa María Esquivel, ambos de la editorial Estigia, de reciente creación y de la que soy partícipe. Espero que puedan acudir. Su humilde servidor estará allí en calidad de representante de la editorial y pues, será algo agitada la noche, pues hace mucho que no hago de esto. Si quieren más informes, pídanmelos, por favor, pero no dejen de asistir."

Feliz cumpleaños a mí

En realidad, el día de hoy lo pasé increíble. Obtuve las flores: rosas de color y aroma de durazno que me dió mi abuelito. Algunos amigos se acordaron de mí: tuve una felicitación vía telefónica, dos vía mensaje de texto, una por e-mail y además, promesas para parrandear el sábado. Mi hermana, papá, mamá y mi tío se lucieron con regalos divinos. Hubo excelentes platillos a lo largo del día. Cerramos con broche de oro y pastel de capuccino y chocolate. Me la pasé muy bien. Estuvo conmigo quien tuvo que estar. Y bueno, la parte musical corrió a cargo de dos espontáneos: gracias al chico que trajo hasta mi puerta canciones de rondalla y gracias a Armando Ortíz por la rola. Creo que mi boleto a Plutón (o a Neptuno)puede esperar.

Lista de regalos

A un día del gran día me doy cuenta de que he cambiado las fiestas por las despedidas de soltera. ¿Quién me viera en esas reuniones? Y después van a venir los Baby Shower, con juegos en donde las invitadas se visten y actúan como bebés... Vaya. Se nota cómo han pasado los años. Hoy, a un día de mi cumpleañosfeliz como decía hace algunos ayeres, me doy cuenta de que también mis listas de regalos han cambiado. Me gustaría: - Que la gente se acordara de la fecha. - Un poco de cordura. - Una pizca de sensatez. - Paz y/o tranquilidad. - Flores. - Que la gente olvide las veces en que me he equivocado, diciéndo o haciéndo cosas que tal vez no eran de su agrado. - Un hecho o un objeto nuevo. - Que mis amigos me felicitaran al menos con una llamada, un correo electrónico o un mensaje de texto. - Si no se puede alguna de las cosas anteriores, quiero un boleto sencillo con destino a Plutón, ya de perdida, a Neptuno.

Rompecabezas

Cada fin de semana te mueres un poco. La fatiga te sorprende esperando. Y no sabes qué esperas. Pagas por compañía. Y no recibes nada a cambio. Cada fin de semana te vas un poco. Se huye tu aliento, se secan tus ojos, te quedas quebrada contra un poste, contra un árbol, contra alguna baya. Pagas los daños que la compañía deja en el alma. Pagas los daños y nadie cura tus errores. Cada fin de semana te mueres un poco. Trando de sacudir la común semana. Te mueres un poco con el corazón extrellado, con el aliento huido y la mirada infértil. Y llegas a la senda del lunes más vacía, más seca, más hastiada. Pero nuevamente llega el fin de semana y el entusiasmo, como rompecabezas otra vez se arma.